Como si fuese uno de los circos glaciares del Pirineo, el Circo de la Safor es una sierra circular, con algo más de 1.000 metros de altitud, que conforma una especie de anfiteatro abierto al viento. Se trata de una formación desconcertante, parecida a un cráter, por cuyos pies circula el río Serpis.
El circo es un lugar cargado de memoria. Las mejores tierras del paraje fueron colonizadas y nuestros antepasados allí cultivaron viña, cerezos, nogales, etc. Luego aquellos abancalamientos fueron abandonados e invadidos por pinos. Otras tierras marginales del circo proveían de leña a una fábrica de papel.
El circo de la Safor, además de sus valores naturales, educativos, productivos o deportivos, es un paisaje identificado como símbolo destacado de una comarca, y reconocido como patrimonio colectivo. Son poderosas razones para su atenta visita que preserve la armonía de tan espectacular herradura rocosa y de su valiosa diversidad.