Antiguamente, las sociedades dependientemente agrícolas, tenían el espacio de vivienda en la planta baja, con parcelas alargadas y anchas para que pudieran pasar los animales hasta el corral o patio. El segundo piso, denominado Cambra era utilizado para almacenar los productos del campo, conservar la carne de los animales que se criaban en casa (conejos, gallinas, cerdos,…) o, también para la cría del gusano de seda.
La Cambra, una vez transformada y reutilizada como vivienda, podía dedicarse también al alquiler o venta, característica incipiente de la propiedad horizontal. Este hecho, supone una modificación sustancial en la fachada donde aparece la escalerilla. Esta estrecha escalera permite el acceso directo desde la calle en el piso superior, y ocupa uno de los espacios laterales de la primera crujía de la casa.
Una reforma escrupulosa, detallista, basada en 3 ejes de actuación:
1.- La conservación de elementos constructivos tradicionales, como las paredes interiores y exteriores de piedra vista, o los pilares de ladrillo-tovón caravista.
2.- La combinación de lo tradicional con lo moderno, empleando materiales como la madera en vigas y suelos laminados, el micro cemento en baño y escaleras, o las combinaciones de hierro-madera en muebles y barandillas.
3.- La sostenibilidad de la misma y el respeto al medio ambiente, con el aislamiento en lana de roca en paredes, suelo y techo, ventanas y puertas de doble acristalamiento, monomandos en todas las estancias para el ahorro de agua, iluminación led de bajo consumo en toda la casa, etc.
Un espacio con historia antigua y moderna, espacioso, tranquilo, cómodo,…, que hará que sus visitantes disfruten de una maravillosa estancia desconectados o conectados en un entorno rural tranquilo, pero vivo.
Y en donde las personas que nos visiten, siempre serán recibidas con una sonrisa y los brazos abiertos.